Luz, agua, calor: todos sabemos muy bien que estos productos deben manejarse de forma que ahorren energía. STIHL Brasil se ha propuesto el uso sostenible de estos recursos con el programa de eficiencia energética.

El programa de eficiencia energética de STIHL Brasil lleva funcionando más de nueve años y va viento en popa: el proyecto fue iniciado por el departamento de infraestructuras en 2014 y se ha desarrollado continuamente desde entonces. En la agenda se encuentran actualmente muchas áreas de la empresa en las que se ahorra dinero con un uso sostenible. El inicio del proyecto se vio impulsado por el fuerte aumento de los precios de la energía en 2014: "Tuvimos que actuar y vimos la necesidad de reducir costes y hacer más sostenible nuestro centro de producción. Esto nos ha llevado a desarrollar el programa de eficiencia energética", recuerda Rafael Denardin Szabo, que lo supervisa. Además del ahorro y el uso de nuevas tecnologías, se siguen mejorando los procesos de producción, optimizando el uso de la energía en origen y reduciendo los residuos. "La eficiencia energética es un valor estratégico para STIHL. Por eso, nuestro proyecto se encuentra en constante desarrollo", afirma Denardin Szabo.

Tuvimos que actuar y vimos la necesidad de reducir costes y hacer más sostenible nuestro centro de producción.

"Se trataba de cerrar la brecha entre la MS 362 C-M y la MS 462 C-M", explica Jonas Lank, jefe de proyectos. El nuevo concepto se caracteriza por menores emisiones de gases de escape a pesar del mayor par y la mayor potencia. "Normalmente, un aumento de la comodidad conlleva más peso. En STIHL hacemos exactamente lo contrario". En una sierra profesional, más de una cuarta parte de las piezas son de acero; un 25 %, de plástico o caucho; y un total del 40 %, de aluminio o magnesio. Precisamente el uso de magnesio como material requiere conocimientos especiales. Con su propia planta de fundición a presión de magnesio en Weinsheim, STIHL dispone de esta experiencia. Se investiga continuamente qué componentes de los productos STIHL se pueden fabricar a partir de este material. Los conocimientos acumulados no solo se utilizan ahora internamente, sino también por clientes externos, por ejemplo, de la industria del automóvil.

Mejorar y reducir

La idea del programa se basa esencialmente en dos pilares principales: la introducción de nuevas tecnologías, así como la reducción de los residuos en su uso. La lista de proyectos en Brasil es larga y abarca desde las tareas más pequeñas hasta los proyectos más grandes, todos ellos con el fin de ahorrar recursos o reutilizarlos. "Programamos nuestros ordenadores para que se apaguen después de unos minutos cuando no están en uso. Esto puede parecer algo banal, pero merece la pena para muchos empleados", afirma Lucas Brandalise, responsable, entre otras cosas, de la infraestructura. Además, el sistema de iluminación se ha reformulado: La sustitución de las lámparas de haluro metálico de 400 W por lámparas LED y fluorescentes redujo la potencia instalada hasta en un 70 %, lo que supone un ahorro de 3500 megavatios-hora desde 2014. A esto se suman medidas de ahorro considerables, como la automatización de las torres de refrigeración, los sistemas de compresores de aire, los sistemas de calefacción y las bombas en el sector de la fundición. Además, se realizan inspecciones continuas de fugas de aire comprimido y reparaciones, así como campañas de concienciación sobre la eficiencia energética.

Reciclaje del calor

Un proyecto especial en el programa de eficiencia energética a largo plazo es el reciclaje del calor del sistema de aire comprimido: más del 80 % de la energía del compresor de aire se libera como calor residual. Este calor se disipa a la atmósfera y se pierde, en realidad. STIHL Brasil aprovecha hábilmente este calor y lo desvía mediante un proceso especial, de modo que la energía para calentar el agua en la instalación de cromo se puede reciclar. "El circuito de agua de este sistema se calienta sin necesidad de utilizar gas natural ni electricidad. El primer año ahorramos más de 2300 megavatios hora", recuerda el jefe de proyectos Celson Lanius.

Vista aérea de la sede de STIHL Brasil
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DE UN VISTAZO
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En Brasil, en 1973 comenzó su producción la primera planta de producción de STIHL fuera de Alemania. La sede sudamericana es indispensable sobre todo en la producción de cilindros: el 90 % de todos los cilindros utilizados en el Grupo STIHL proceden de Brasil.

Con la supresión del gas natural y la electricidad en el ciclo del agua se ha logrado un ahorro de más de 2300 megavatios-hora.

Desde 2014, se ha conseguido un ahorro de un 70 % gracias a la sustitución de las lámparas de haluro metálico de 400 vatios por lámparas LED y fluorescente, loquesupone3500megavatios-hora.

La migración al mercado libre de energía permitió a la planta ahorrar más de 10 millones de reales brasileños.

Migración al mercado libre de energía

Otro paso importante para el ahorro fue la migración al mercado libre de energía en 2016. De este modo, STIHL Brasil pudo comprar la energía directamente a una empresa productora en la que el precio se negocia y no se fija previamente. "Normalmente, la energía eléctrica en Brasil la suministra un proveedor estándar. El proveedor se define para cada zona geográfica, con los mismos precios para todos los grupos de consumidores. Esto supuso un ahorro de más de diez millones de reales brasileños para 2021 y nos permitió comprar energía verde producida a partir de la energía hidroeléctrica", afirma Lucas Brandalise. Esto equivale a unos 1,8 millones de euros. "Hemos comprendido que la eficiencia energética está asociada a un cambio de mentalidad y al uso de nuevas tecnologías en el trabajo. También debe producirse un cambio de comportamiento de los usuarios finales", afirma Rafael Szabo.

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